ILMU'L H̱ÂL

37 La niñez de Nuestro Profeta Muhammad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam , su juventud, su soltería y su matrimonio (es decir, cada etapa de su vida) la vivió con una virtud y perfección única, no vista antes en ningún otro ser humano. Se casó con Jadîÿah Al-Kubrâ RadiyAllâhu ‘Anhâ (Madre de los Musulmanes), a los 25 años. Nunca adoró ídolos, desde su niñez nunca mostró amor por ellos. De hecho, el siempre odió los ídolos y siempre adoró a Allâh Ta‘âlâ de acuerdo con la religión de Ibrâhîm ‘Alayhi’s-Salâm . Ocasional- mente, escalaba el Monte Hirâ cerca de Makkah y medita- ba acerca de la infinita grandeza y poder supremo de Allâh Ta‘âlâ. Con el amor que Allâh Ϋalla Ϋalâluhû le entregó, se su- mergió en un océano de amor divino y constantemente se dedicaba al recuerdo de Allâh mientras que destellos de La Luz Divina del Tawhîd (Unicidad) ardían en su corazón. Nuevamente, un día cuando Nuestro Amado Profeta Muhammad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam se encontraba en la cue- va de Hirâ, profundamente concentrado en la contempla- ción del mundo espiritual, Ÿibrâ’îl ‘Alayhi’s-Salâm se presentó frente a él por la orden de Allâh Ta‘âlâ para oficialmente anunciarle su deber de la profecía. Ÿibrâ’îl ‘Alayhi’s-Salâm dijo a Hadrat Muhammad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam , el Amado de Allâh y Salvador de la humanidad y los ÿinn (genios): - “¡Iqra’!” (¡Lee!) - “¿Qué debo leer?”, preguntó Nuestro Maestro Muham- mad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam . Ÿibrâ’îl ‘Alayhi’s-Salâm abrazó a Nuestro Amado Profeta SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam , presionó su pecho fuertemente y luego lo liberó.

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