ILMU'L H̱ÂL
33 Así de oscura era aquella época en la que Nuestro Maestro Rasûlullâh Muhammad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam honró al mundo con su feliz nacimiento justo antes del alba en Makkah Al-Mukarramah, en la duodécima noche del mes de Rabî‘ Al-Awwal, en el 571 E.C. Incluso antes de cumplir los 40 años, cuando le fue dada la profecía y Nuestro Nabî Muhammad SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam anunció su profecía, muchas maravillas milagrosas fueron ocurriendo a través de sus benditas manos. Él mostró el mejor ejemplo de piedad y veraci- dad en cada una de las etapas de su vida, obedeciendo perfectamente la orden divina que dice: “Por ello, per- manezcan firmes (en el camino recto) tal como les fue ordenado” . Él SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam estaba lejos de toda clase de hipocresía y mentiras. En un tiempo en que nadie podía confiar en nadie, todos creían y confiaban en Él. Cuando tenían disputas, estaban felices de aceptarlo como juez y estuvieron satisfechos con sus determinaciones. Incluso sus enemigos, quienes le rechazaban y ne- gaban su mensaje, admitieron que Él SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam estaba lejos de mentir y de hipocresía, pues era verdadero, justo y recto en todo aspecto. También ellos apreciaban su moral y superior carácter y por esa razón lo llamaban “Muhammad Al-Amîn” (Muhammad el Digno de Confianza) SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam . Nuestro Amado Profeta, Misericordia para todos SallA- llâhu ‘Alayhi wa Sallam , bendijo este mundo en una época en
RkJQdWJsaXNoZXIy NTY0MzU=