ILMU'L H̱ÂL

239 Si uno oscurece su corazón con duda, recelos, cau- sando problemas, malicia, resentimiento, venganza y envidia, se entiende que la persona en verdad se ha contagiado una terrible enfermedad. Si uno no puede li- brarse de esta malvada enfermedad, Allâh nos proteja, podría terminar en el infierno. La forma de deshacerse de esto es arrepentirse y pedir a Allâh que nos perdone removiendo del corazón todo vicio, malas intenciones y sentimientos, derramando lágrimas de lamento. Uno debe continuar arrepintiéndose y pidiendo el per- dón de Allâh para purificarse de todos los pecados. Uno debe hacer esto especialmente realizando Salâh, recitan- do Salawât Ash-Sharîfah sobre Nuestro Amado Profeta SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam y recitando Duʻâs (súplicas), espe- cialmente durante la mitad de la noche y antes del alba. LA DESESPERANZA ES INCORRECTA Tanto el exceso de confianza como la desesperanza son ambas negaciones de la fe. Esto sería incredulidad, si uno siente exceso de confianza respecto de la ira de Allâh diciendo que ha realizado una cantidad de buenas obras y que por ello merece Ÿannah (Paraíso). Por el contrario, si uno siente desesperación pues por la canti- dad de pecados cometidos, cree con certeza que se irá al Ÿahannam (Infierno). Nuestro Maestro Profeta SallAllâhu ‘Alayhi wa Sallam dijo: “Un musulmán debe permanecer en un estado de conciencia entre el temor y la esperanza”. Un musulmán debe tener esperanza debido a la misericordia

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