ILMU'L H̱ÂL
196 LA ŸANÂZAH (PROCEDIMIENTOS FUNERARIOS) Cualquier musulmán que se encuentre cerca de la muerte es apoyado sobre su costado derecho de forma tal que quede de frente en dirección a la Qiblah. Los pre- sentes recitan la Kalimah Ash-Shahâdah y leen o recitan Sûrah Yâsîn. Después de la muerte, el mentón se sostiene con un pedazo de tela que se ata sobre la cabeza. Luego los ojos son cerrados y se extienden las manos a los costa- dos del cuerpo. Un trozo de metal se ubica sobre el ab- domen para prevenir la inflamación. Nadie debe recitar el Noble Qurʼân cerca del fallecido mientras no haya sido dado el baño Ġusl (la ablución mayor). Cuando el cuer- po se va a lavar, el cuerpo se recuesta sobre la mesa de lavado de forma tal que los pies deben estar girados hacia la Qiblah. Luego la ropa es removida sin dejar al descubierto las partes privadas y el cuerpo es lavado con agua tibia. Si el muerto (mayyit) era capaz de realizar Salâh, la persona que lo baña debe lavar las partes privadas con un trozo de tela, sin dejarlas al descubierto. Al fallecido se le debe dar el Wudû (la ablución menor) sin permitir que el agua entre en su boca y nariz. Sin embargo, si se sabe que la persona estaba en estado de Ÿanâbah (impureza mayor) se debe dejar entrar agua en la boca y nariz. De lo contrario, es suficiente con sólo limpiar la
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