ILMU'L H̱ÂL

153 mismo nivel (ILUSTRACIÓN: 5) . La mujer no se in- clina tan abajo como lo hace el hombre (ILUSTRA- CIÓN: 6) . Durante la inclinación (Rukûʻ), se recita el Tasbîh al menos tres veces con esta expresión: “Su- bhâna Rabbiya’l-ʻAzîm”. En la posición de inclinación (Rukûʻ), uno debe fijar su mirada en los dedos de los pies, pero no se debe inclinar la cabeza hacia abajo. Debe mantenerla alineada con la espalda. Luego uno se levanta de Rukûʻ diciendo: “SamiʻAllâhu liman ha- midah” y “Rabbanâ laka’l-hamd”. Después de erguir- se totalmente en la posición de pie, uno se arrodilla para postrarse (hacer Saÿdah) diciendo Allâhu Akbar. Al postrarse uno apoya las rodillas en el suelo prime- ro, luego las manos y luego la cabeza. En la Saÿdah (postración), la frente y la nariz deben sentir la dureza del suelo. Los dedos de las manos y los pies están dirigidos hacia la Qiblah. En la Saÿdah (postración), el hombre mantiene sus co- dos alejados de su costado y sostiene su abdomen lejos de los muslos, las puntas de los dedos de los pies dirigidos ha- cia la Qiblah (ILUSTRACIÓN: 7) . Por el contrario, la mujer hace lo opuesto. Ella baja su cuerpo juntando el abdomen con los muslos y manteniendo los codos apegados al cos- tado de su cuerpo. No dirige los dedos de sus pies en di- rección a la Qiblah, colocando la parte superior de sus pies en el suelo (ILUSTRACIÓN: 8) . Uno recita en la Saÿdah (postración) tres veces la expresión de “Subhâna Rabbi- ya’l-A‘lâ”. Luego se pronuncia el Takbîr (Allâhu Akbar) y se

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